domingo, 6 de febrero de 2011

This charming man

Charly tiene ventaja según él cree. Piensa que todo está a su merced, ridiculez suya producto de su egocentrismo. Camina erguido en medio de gente que lo admira ciegamente sin saber el por qué de su éxito, de su fortuna, de su provechoso ''business'' a quien muchos consideran es su cuerpo.
Las tías y cholitas aguantadas se le tiran, ignorando su dignidad en medio de esa calentura. Muy jocoso y realmente embarazoso tener que pasar por todo eso, es lo que cree Rodolfo o ''Fito'' como lo llama Charly y sus otros amigos de ese círculo vanidoso, donde Fito se encuentra más perdido que antes, donde no se encuentra a sí mismo, pero cómo no sentirse así, ser un modelito de Chollywood no es la gran cosa, no para su alma, sí para sus bolsillos.
Charly tiene más jale con los diseñadores locales, su porte y su carisma lo están catapultando a la ''gloria'', al sustento futuro de una vida sin ajetreos, de una vida de relajos, de vicios y de amores después de amores.
Fito por su parte, es más caleta, algunos críticos de la moda creen que debería dedicarse a ser modelo de manos, a él ya no le parece nada gracioso ese comentario, lo fue en algún momento que por compromiso tuvo que sonreír en vivo a través de cadena nacional.
Cuando rara vez Charly y Fito desfilan juntos luciendo telas, tejidos, licras, y demás prendas con toques conservadores y algunas veces descarados, a duras penas se miran, no hablan, se ignoran. Charly suelta una sonrisita y Fito le responde con el ceño fruncido, Charly no se baja ante eso y sigue sonriendo y mirando a Fito concentrado, como un dardo teledirigido a una diana; Fito sonríe también pero por dentro piensa que Charly es un descarado. Eso pasa y aumenta cada vez que desfilan juntos.
Fito regresa a su departamento desordenado en un vecindario acomodado, pone un CD de Morrisey y se tumba sobre su cama king size exhausto. Quiere quedarse dormido y olvidar el flash de las cámaras, el frío entumecedor del sur y la desfachatez de Charly, en ese momento lo odia y no quiere volver a verlo.
Cree haber pedido demasiado porque a los pocos minutos suena su intercomunicador, lo ignora y luego suena y vibra su celular, lo coge y lo tira lo más lejos que pueda de él. El intercomunicador vuelve a sonar y sabe que contra ese aparatito no puede hacer mucho, así que tiene que levantarse y atender a su visitante.
No muy grata es la sorpresa, Charly era quien insistía con los soniditos tecnológicos caseros. Tratando de no arrepentirse, Fito le abre la puerta y ve a un Charly mareado, tambaleándose con una botella de champagne seudo robada de la fiesta post desfile, eso es lo que le dice a Fito.
-Fui claro contigo Charly, no quiero que vengas, no me gusta cómo vamos en esto, insisto en que no nos llevará a nada bueno, por Dios Charly ya te lo dije muchas veces.
-¿Oye tu teléfono está malogrado?
-No, pero está lleno. Ya no me llames, no me jodas y vete.
-Eso no se le hace al buen Charly, Fitipillín.
-¿Fitipillín? Por la puta madre Charly, estás pasadazo, mira, haremos algo, déjame llevarte a tu casa.
-No, yo me quedo aquí, he vivido aquí, así que pues yo me quedo, esto también es mío.
-¿Tuyo? Ya nada es tuyo Charly, dejó de ser tuyo inclusive yo cuando te fuiste a Boston con esa putita que al final terminó cagándote, mírate ahora Charles, si todos supieran quien eres en realidad, ni tu lindo cuerpo te ayudaría a conseguir algo, no eres nada Charly, ya no. Fuiste alguien cuando me tenías a mí, pero dejaste ir lo mejor que te pudo haber pasado.
-No quiero que digan que soy un marica, que soy el modelito marica con el otro modelo maricón.
-Pues somos diferentes, yo si me acepto tal y como soy y me vale mierda quien me señale y me juzgue por lo que soy, en cambio tú eres un triste imbécil aparentando ser algo que nunca fue, eres un maricón Charly, acéptalo.
-¡Cállate mierda! ¿Acaso querías que paseáramos por las calles saltando cogidos de la mano gritando lo feliz que nos sentimos por ser maricas? No me jodas Fito, no me jodas, muerto antes que alguien se entere de esto.
-¿Entonces por qué me sigues si tanto te jode? Me molesta demasiado cuando me miras así en los desfiles, te crees la gran mierda, no me sigas entonces, déjame en paz, ya ahora si vete.
-Es sólo una pichanga Fito, nadie tiene porque enterarse ni mucho menos alucinarse, te me pones durito, guárdate eso para más tarde.
-La pichanga de un malnacido, qué paja, vete mierda antes que te reviente esa botella en tu puta y enferma cabeza.
-Ok, Ok, ya no te jodo más, pero sabes que regresaré.
-Y yo no estaré. He conocido a alguien muy interesante y está mucho más apetecible que tú.
-¿Qué carajos? ¿Quién es? ¿Qué puto imbécil es?
-No es un puto, es una chica, y no es puta.
-Jajaja...Ok, ¿así quieres jugar no?
-No es un juego, imbécil.
-No me preocupa, espera a que me conozca tu chica y ya verás a quien elige, con quien si quiere ser una putita.
-Estás enfermo Charly, vete, es la última vez que te lo pido.
-Adiós Fitipillín.
Fito sacó a empujones a Charly y le tiró la puerta. Regresó a su cama y lloró toda la noche. Bien o mal, al día siguiente fue por la chica. Llegó a su casa y Celeste lo esperó afuera, Fito bajó de su oscuro Toyota y corrió hacia ella, la abrazó y le dijo que Sí, que si aceptaba vivir con ella.
Al poco tiempo se llevó a cabo eso y Fito era feliz con Celeste, era mejor persona con ella que con Charly. No le dijo nada sobre Charly, creyendo que iba a arruinar en parte la relación seria que ahora mantenían.
Charly no molestó más a Fito. Se enteró que su ex pareja sentimental del mismo sexo había tenido recientemente un hijo bautizado con el nombre de Carlos. Charly se rió mucho al saberlo y decidió ir por su ex amigo.
-Todo estaba bien, pero faltabas tú Charly.
-No entiendo Fito.
-Te quise desde niños, cuando te llamaban Carlos y cuando nuestras madres nos vestían igual. Mi hijo tiene tu nombre como ya lo sabes, lo más cercano a ti y a mi afecto, no me arrepiento de nada, hoy en día aún te quiero mucho, primo.
-Yo también te quiero.
Charly aún sigue ocultando sus mariconadas en las mañanas en programas de espectáculos, pero por las noches recuerda a Fito al lado de él en su cama y lo abruma la distancia, su ego y su inexperiencia con el sexo opuesto, que no pasa de toqueteos en las calles.

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